viernes, 7 de noviembre de 2008

Entrevista William Faulkner (parte primera)


-¿Existe alguna fórmula que sea posible seguir para ser un buen novelista?

-99% de talento... 99% de disciplina... 99% de trabajo. El novelista nunca debe sentirse satisfecho con lo que hace. Lo que se hace nunca es tan bueno como podría ser. Siempre hay que soñar y apuntar más alto de lo que uno puede apuntar. No preocuparse por ser mejor que sus contemporáneos o sus predecesores. Tratar de ser mejor que uno mismo. Un artista es una criatura impulsada por demonios. No sabe por qué ellos lo escogen y generalmente está demasiado ocupado para preguntárselo. Es completamente amoral en el sentido de que será capaz de robar, tomar prestado, mendigar o despojar a cualquiera y a todo el mundo con tal de realizar la obra.
-¿Quiere usted decir que el artista debe ser completamente despiadado?
-El artista es responsable sólo ante su obra. Será completamente despiadado si es un buen artista. Tiene un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él. Hasta entonces no tiene paz. Lo echa todo por la borda: el honor, el orgullo, la decencia, la seguridad, la felicidad, todo, con tal de escribir el libro. Si un artista tiene que robarle a su madre, no vacilará en hacerlo...
-Entonces la falta de seguridad, de felicidad, honor, etcétera, ¿sería un factor importante en la capacidad creadora del artista?
-No. Esas cosas sólo son importantes para su paz y su contento, y el arte no tiene nada que ver con la paz y el contento.
-Entonces, ¿cuál sería el mejor ambiente para un escritor?

-El arte tampoco tiene nada que ver con el ambiente; no le importa dónde está. Si usted se refiere a mí, el mejor empleo que jamás me ofrecieron fue el de administrador de un burdel. En mi opinión, ese es el mejor ambiente en que un artista puede trabajar. Goza de una perfecta libertad económica, está libre del temor y del hambre, dispone de un techo sobre su cabeza y no tiene nada qué hacer excepto llevar unas pocas cuentas sencillas e ir a pagarle una vez al mes a la policía local. El lugar está tranquilo durante la mañana, que es la mejor parte del día para trabajar. En las noches hay la suficiente actividad social como para que el artista no se aburra, si no le importa participar en ella; el trabajo da cierta posición social; no tiene nada qué hacer porque la encargada lleva los libros; todas las empleadas de la casa son mujeres, que lo tratarán con respeto y le dirán "señor". Todos los contrabandistas de licores de la localidad también le dirán "señor". Y él podrá tutearse con los policías. De modo, pues, que el único ambiente que el artista necesita es toda la paz, toda la soledad y todo el placer que pueda obtener a un precio que no sea demasiado elevado. Un mal ambiente sólo le hará subir la presión sanguínea, al hacerle pasar más tiempo sintiéndose frustrado o indignado. Mi propia experiencia me ha enseñado que los instrumentos que necesito para mi oficio son papel, tabaco, comida y un poco de whisky.
-¿Bourbon?
-No, no soy tan melindroso. Entre escocés y nada, me quedo con escocés.
-Usted mencionó la libertad económica. ¿La necesita el escritor?
-No. El escritor no necesita libertad económica. Todo lo que necesita es un lápiz y un poco de papel. Que yo sepa nunca se ha escrito nada bueno como consecuencia de aceptar dinero regalado. El buen escritor nunca recurre a una fundación. Está demasiado ocupado escribiendo algo. Si no es bueno de veras, se engaña diciéndose que carece de tiempo o de libertad económica. El buen arte puede ser producido por ladrones, contrabandistas de licores o cuatreros. La gente realmente teme descubrir exactamente cuántas penurias y pobreza es capaz de soportar. Y a todos les asusta descubrir cuán duros pueden ser. Nada puede destruir al buen escritor. Lo único que puede alterar al buen escritor es la muerte. Los que son buenos no se preocupan por tener éxito o por hacerse ricos. El éxito es femenino e igual que una mujer: si uno se le humilla, le pasa por encima. De modo, pues, que la mejor manera de tratarla es mostrándole el puño. Entonces tal vez la que se humille será ella.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Merde du matin


Bueno, al menos el pinche negrito va a retirar las tropas de Irak. Ahora a ver a dónde las lleva. Ojalá también recapacite para levantar de una buena vez el embargo económico a Cuba si es que va en serio lo de hacer historia. Por lo pronto el mundo respira. Un asno menos en el poder. Ahora sí Mr. Bush a beberse las cantinas como se bebió el planeta y tantas vidas inocentes. Fuera de eso no creo que cambie mucho el sistemita que ya enseñó los chones en público (aunque algunos pensadores respetables como Chomsky, o el mismo nobel de economía Paul Krugman, por decir 2 nombres, lo han venido señalando desde hace años) evidenciando la vulnerabilidad, el agandalle y incongruencias en que se fundamenta. El que no lo quiera ver pues muy su pinche necedad. Esto no es un pedo ideológico, sino de falta de humanismo y por ende de ética que tristemente sólo se promueve en las universidades como un valor para adoctrinar soldados que surtan cuarteles corporativos para hinchar de más lana a esos pocos que siguen moviendo los hilos, que son los que provocan las crisis mundiales y que cuando se les hunde el barco corren ahora sí con los padrinos del Estado -que aún en tiempos neoliberales es discrecionalmente intervencionista ja- para pedir paro. Así nuestos gobernantes le bajan a las reservas federales rematándo dolares a las mismas empresas gringas (en el caso de México) para que el billete verde tenga circulación y no suba de precio, y todos los ciudadanos terminamos pagándola pues los impuestos seguramente van a rellenar esas arcas de la nación para ser saqueadas ad perpetuam por los mismos vándalos cuando el negocio no vaya bien, desviándose así su objetivo tributario que es el bien común. Esa es la lógica. Y quién toma en cuenta la ética como un valor universal que nos oriente hacia el ser, hacia la verdadera libertad y al respeto inteligente. Todo se queda en la ética profesional pero ¿dónde queda la ética del ser humano? Gusta tanto ese nuevo lugar común llamado zona de confort que vale una chingada el cultirvarse, una vez que se comienza a ganar un "dinerito" para medio tratar de medio vivir medio dignamente pasando a medias los tiempos libres frente a una pantalla LCD de las más cabronas. Leer un libro...ni por error. "No me da tiempo" muchos contestan. También pasa que muchos creen que cultivarse es irse a tomar un café al Péndulo y asistir a los mitines del Peje. Pero al menos lo intentan. De esto hablaremos luego pues hoy tengo hueva y rayaré en lo superficial para hacer esto todavía algo más absurdo y desahogar esta estúpida mañana. Aunque haya ganado Obama y el mundo esté esperanzado en que algo bueno viene, yo me maldigo por abrir los ojos otro día más. Y pues, me pasa que con tanta locura, amanecí bien horny, muy horny, y no tengo una mujer cerca. Mi querida chaparra anda de viaje y lo único que tengo a mi lado es al hediondo de mi hermano roncando como morsa tuberculosa con las vías respiratorias resecas y atrofiadas por haberse fumado 2 o tal vez 3 cajetillas de camellitos para acompañar vaya usted a saber qué mezcla infame de brebajes. Lo envidio, al menos en estos momentos está anestesiado de la vida. Yo primero que nada tengo que lidiar conmigo. Empresa nada fácil. Pero ver a mi hermano en su estado de bulto roncante me baja la temperatura. Mejor intento dormir un poco más. Cierro los ojos, inevitablemente pienso en una vaginita tibia y rosadita como un salmoncillo jugoso en baño maría. Me chingo. Son las 6 de la mañana y no me queda más que, o arrancármela en el baño sin provocar demasiado mlst mlst mlst mlst por la cremita soft skin o el aceite de almendras que uso desde siempre en estos casos para no despertar a la familia, o bien, ponerle a la decadente y ya muy trasnochada 100% Caterina en Fox Sports y proceder a extraerme silenciosa y rítmicamente la ponzoña seminal. Mis opciones no son buenas. Mejor me levanto y comienzo a escribir este escupitajo que me distraiga, me aliviane. Así por lo menos me chaqueteo mentalmente y escupo vulgaridades para limpiarme el alma antes de leer las exquisiteces de Leopoldo Alas "Clarin". Eso me pasa por vivir a los casi 33 años en casa de mis padres. Pero muy pronto regresaré a mi solitaria y disipada vida. Me seguiré echando a perder como muchos dicen para ya escribir una obra de arte que justifique mi miserable existencia. Aunque realmente me vale madre. Escribo por necesidad espiritual y por placer. Lo que no saben es que me eché a perder desde niño. El anarquismo, la inquietud de expresarme y la búsqueda incansable de no sé qué chingados los traigo desde que no quería nacer. Pero bueno estamos, tan sólo para escribir qué se siente estar aquí. Pinche Ovidio, si ascendiste al concierto de las esferas dame una señal, por ti me he vuelto pitagórico. Si no pues por lo menos seguiré tratando bien a los perros por si me toca reencarnar en uno. Mínimo si te patean el culo alguien te da de comer y nunca faltará quien te acaricie. Como sucede con todo, no es lo mismo ser perro en Holanda que en Cholula. Creo que un perro en la tierra de Van Gogh tiene más derechos que un indígena o cualquier pobre en México. Así es, por más culero que suene, así es. El día está nublado, mi vida también. No me siento mal porque muchos piensan que soy mediocre. Yo mismo sé que lo soy. Aunque, en un entorno en el que no conozco gente realmente virtuosa, mucho menos a un genio que cambie al mundo con sus ideas o su arte, ser mediocre no está mal. Vivo en un país en el que la mediocridad se respira como brisa en playa. Y los que no se asumen como tal o se sienten exitosos, no se dan cuenta que pertenecen a una gran masa que todo lo dice de la misma forma, con un limitadísimo y bastardeado lenguaje, con la misma ropa, en los mismos coches, con los mismos ademanes nefastos y en los mismos lugares. Como una repetición abominable en que todos son el mismo, pero no precisamente como lo decía Borges sobre los espejos de Stevenson, sino como los grandes ejércitos obedientes de Stump Trupers. No se ofendan, no se pueden ofender de un tipo pesimista que se maldice a sí mismo junto con todo, y ríe. Lo nublado ya se puso muy día, mi vida tampoco. Horny ando bien. Comienzo así otra pinche mañana...con la mente hinchada y las pelotas inquietas.