lunes, 23 de febrero de 2009

Flashazos crónicos



La carretera congestionada como mi nariz. Comienza la charla amena, el ser artista, el ser, accionar, decretando la diferencia en el sentir y el ver. Vamos hacia la boda de un gran amigo. Llegamos, la misa ha terminado gracias a dios. Saludo de pronto a mi niñez, me reencuentro con sonrisas sinceras, gusto por aquí abrazos por allá. Bocas sedientas de risas y poco o casi nada de llanto. Abrazos y buenos deseos para los que han decidido reunirnos y anunciar su amor, por ellos henos aqui. Emociones reencarnadas por la magia de la embriaguez en la conversación. Mi querida novia se ha enojado por no sé qué. Actué para no derramar bilis en un momento inoportuno. El sol arriba, aleteaba su viento caluroso. Cerveza y salud. Entre más saludo gente que no he visto en años la vida se me anuncia en un árbol y en el agua de un pequeño río que corre debajo de hermosos puentes. Flores y hojas caídas a la orilla. “Pensamos que no vendrías” dicen algunos. ¿Vino rojo o blanco? Mejor rojo para que hierva la sangre como antes ¿Cómo estás que te has hecho a qué te dedicas, te acuerdas de?…Siempre fuiste medio loco. Qué gordo está este, qué pelón aquel, tu estás muy cambiado. Bueno, sólo un poquito amargado, el mundo no me gusta pero por momentos como este enciendo la leña para echar andar el corazón de los próximos meses ¡Vivan los novios! Fotos, imágenes que se quedan en la transfiguración del éter. Entre recuerdos como una pintura fresca reconozco mis huellas dactilares. Yo fui todos y ahora soy ninguno. Una historia se sigue escribiendo. El vidrio de las copas suena como un concierto. Buenas caras. Yo tengo 2 hijos, yo 2 hijas, yo me caso en unos meses ¿y tú? Bueno, yo tengo un cuaderno con poemas mal escritos para un libro y una novela un tanto grotesca en la mente. Amabilidad y fraternidad destilándose entre vasos de whiskey ¿Gusta otra copita señor? Por su puesto, hoy no hay límite, nunca lo ha habido. La libación sólo anuncia el éxtasis en favor de los que se aman. Vestidos de tarde elegantes y algunos escotes dignos de recordarse. El humor y la camaradería implacables al colmo del contacto bruto, físico, animal, de horda, pesado para algunos, pero los guerreros no tenemos otra forma de querernos. Más palabras de amor con whiskey, más agua de vida, si pudiera terminármelo todo en este vaso lo haría sin prejuicio y sin pena. Es la boda de mi hermano. ¿Por qué no dices un poema? No puedo estoy tapado. Ya no bebas que no puedes hablar ¡Salud por los novios! Enderézate, quieres un pasezote, aquí traigo algo para que te alivianes. No sé, desde que voy al psiquiatra me he vuelto medroso. No te apures, cualquier cosa me avisas. Andamos armados. Vueltas en la pista, música, gritos, euforia. La banda es mi gente, un espejo que centellea cuando afilo la mirada. Momentos como este hacen pulsar, el cosmos también vibra en lo alto. Ojalá no termine esta fiesta. Arriba los novios. Llueve en la finca Guadalupe y la noche crece en los corazones. Silencio. No puedo hablar, estoy completamente ebrio, anestesiado, mi cuerpo no responde, mi mente me juega bromas. Desde aquí, toda la salud, gracias por la gran fiesta ¡buen viaje!

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